En la parte superior a los saltos, el río Iguazú viene formando meandros de ancho variable, presentando además varias islas pequeñas. A partir de la isla San Agustín (de 1 kilómetro de largo) el río se ensancha a unos 1.500 metros en su mayor parte, formando una amplia "U", que contiene la gran falla que da lugar a un abrupto desnivel en el terreno y, por ende, a las cataratas.
En su gran curva, una proliferación de escollos, islotes y alargadas islas fragmentan el río en numerosos brazos. Al llegar al barranco, cada uno de ellos da lugar a un salto, cuyo conjunto constituye el gran abanico de las Cataratas del Iguazú.